martes, 28 de junio de 2011

lunes, 27 de junio de 2011

- El día menos pensado volveré y espero que estés preparada para la magia. ¿Lo estarás?
- Sabes perfectamente que ya lo estoy desde hace mucho.

viernes, 24 de junio de 2011

Prometo que nunca lo planeé, pero el día que la maté, me sentí tan realizado, que me odié por no haber fraguado la idea con anterioridad para poder disfrutar de cada uno de los minutos previos a su muerte.

viernes, 17 de junio de 2011

A sólo buscarte vengo.

Y con deseo hallarte,
estimara, a lo que entiendo,
no haberte hallado porque,
hoy en ti, más que hallo, pierdo.

Eco y Narciso, Calderón de la Barca

viernes, 10 de junio de 2011

Transcurrió el tiempo y el caleidoscopio de la vida seguía intacto. A través de ese cilindro de piecitas de cristal de colores llamativos se veía todo de otro modo. Al girarlo, se contoneaban dichosas, bailaban despacio, todas al mismo son pero en direcciones diferentes, siempre diferentes. Adoptaban posturas increíbles, pero ensayadas, como si el compás de sus pasos estuviera milimétricamente preparado para ello. Un giro y otro giro, y otro más, y los pequeños cristales se arremolinaban formando otra figura y punto. Un número contado de figuras distintas y, al fin y al cabo, una repetición constante e infinita.

Abrió los ojos de repente, sobresaltado por el sueño impetuoso que había tenido y pudo comprender que su vida se había convertido en un caleidoscopio perfecto, una serie de piecitas de colores giraban en torno a él, tan diferentes entre ellas que nunca llegó a imaginar que llegaran a construir figuras tan semejantes y a la vez tan repetitivas. Se dejó embaucar por el brillo de esas piecitas, sin darse cuenta de que las figuras que formaban eran siempre las mismas, perdiendo toda singularidad y, sobre todo, valor. Debía romper el caleidoscopio de su vida y arrancar de cuajo todas esas piecitas de colores y formar figuras infinitamente diferentes, siempre diferentes.

viernes, 3 de junio de 2011

¿Por qué si recordar olores es lo de lo más difícil que hay, tu fragancia llega repentinamente a mi y me enloquece? Después de ella le siguen fotogramas perdidos de los infinitos instantes a tu lado, palabras susurradas, perdiendo intensidad, pero ganando interés y deseo. Algunas de ellas se cortan y tengo que recurrir a mi ingenio para recomponer los jeroglíficos que me envía tu boca. Me concentro por retener cada partícula de olor de tu pelo. Las guardo y formo una vez más tu figura ondulada.

Y así como viene, se va. Y tu figura se desmorona dejándome eternamente solo.